La cirugía plástica goza de gran reconocimiento dado sus efectos transformadores en la apariencia corporal y por extensión en la mejora de la autoestima en general, brindando a los pacientes la oportunidad de transformar aquellos aspectos en su apariencia personal que no les permiten sentirse a gusto consigo mismos.

En este sentido, vale aclarar que el éxito de una intervención quirúrgica no solo depende del cirujano y su equipo de especialistas, sino también del paciente y su compromiso con el seguimiento de las recomendaciones prescritas por el médico durante el postoperatorio. El postoperatorio es sin duda alguna uno de los momentos más importantes a lo largo del proceso de transformación corporal; razón por la cual recomiendo seguir cuidadosamente las recomendaciones del especialista para evitar complicaciones.

Dada mi experiencia profesional, me resulta importante concientizar a los pacientes acerca de su enorme responsabilidad en la preservación de los resultados alcanzados en su cuerpo a través de la cirugía plástica, enfatizando puntualmente en el cumplimiento de los cuidados postoperatorios que incluyen tanto una alimentación balanceada como el seguimiento de rutinas de acondicionamiento físico de intensidad progresiva.

Durante la primera semana posterior a la intervención, se recomienda permanecer acompañado para prevenir y atender de manera oportuna cualquier eventualidad; de igual forma se recomienda preparar cuidadosamente la cama, hipermeabilizando el colchón para protegerlo de la humedad desencadenada por el contacto con los drenajes.

Por lo general, aconsejo evitar al máximo la ejecución de movimientos bruscos al menos durante el primer mes posterior a la intervención quirúrgica; por ende, las exigentes rutinas en el gimnasio deberán ser postergadas al menos hasta el primer control postoperatorio, donde el especialista evaluará la progresión en la reparación de los tejidos y determinará el curso de acción a seguir en cada caso.

Respecto a la alimentación, las recomendaciones especializadas indican seguir un régimen alimenticio estricto que, en primera instancia priorice la ingesta de líquidos para incorporar de manera progresiva alimentos sólidos en la dieta, reduciendo al máximo el consumo de grasas con el ánimo de acelerar la reparación de los tejidos intervenidos.

En relación a los medicamentos, se prioriza la administración controlada de antibióticos y analgésicos vía oral o intravenosa a través de la bomba de dolor; recuerde siempre seguir la prescripción médica al pie de la letra, sin caer en el error de automedicarse debido a los riesgos que esto supone para su salud.

De igual manera, recomiendo mantener estrictas medidas de asepsia en sus vendajes, cambiándolos periódicamente y limpiando sus heridas de la manera prescrita por el cirujano; así mismo procure mantener una distancia prudente de los rayos del sol y desde luego, para incentivar la cicatrización se recomienda especialmente dejar de fumar e ingerir bebidas alcohólicas, dado su efecto adverso en la recomposición de los tejidos intervenidos. Recuerde que el contacto con los animales domésticos debe ser mínimo, para evitar que el pelaje o la saliva del animal generen infecciones de difícil tratamiento, entorpeciendo notablemente la recuperación.