Factores de crecimiento plaquetario: Plasma autólogo con FC.
El envejecimiento, proceso inexorable producido por el paso del tiempo, deja en la piel estigmas visibles del daño celular. Los signos de la pérdida de la juventud se traducen en una disminución de la luminosidad, del brillo y de la tersura de la piel, así como la falta de tono, el nacimiento de las primeras arrugas y la flaccidez de los tejidos.
Además, el envejecimiento hace que la piel se torne delgada, pierda el agua retenida en la malla de ácido hialurónico y se atrofie la musculatura.
La última técnica de rejuvenecimiento cutáneo está en el interior del organismo de cada persona, exactamente en una fracción de la sangre, más específicamente en las plaquetas, que poseen los Factores de Crecimiento : péptidos o fragmentos proteicos biológicamente activos, secretados por todas las células del organismo pero que se almacenan en mayor cantidad en las plaquetas, fibroblastos, glándulas salivales, osteoblastos, lágrimas y riñones.
Normalmente son activados cuando se produce una lesión regenerando el tejido dañado, ya sea la epidermis, el tejido celular subcutáneo, hueso y otras estructuras del organismo. Su producción y su activación van disminuyendo con la edad.
Así, los factores de crecimiento regulan la remodelación de la piel y, por tanto, juegan un papel de gran importancia en el aspecto de la misma, al permitir una regeneración más rápida y de mayor calidad en los tejidos conjuntivos dañados. Tras una lesión, como puede ser un peeling con punta de diamante o con ácidos ( acido glicólico, tricloroacético, fenol, etc.) , la epidermis puede reconstruirse naturalmente por medio de procesos fisiológicos de remodelación o cicatrización o más rápidamente y más eficientemente con la inyección de plasma enriquecido con plaquetas portadoras de factores de crecimiento.
Se ha comprobado que la aplicación tópica, o la inyección subcutánea de FCE produce fuertes cambios sobre la piel envejecida: restaura la vitalidad cutánea, aumenta su grosor, recupera la consistencia elástica, mejora la afluencia vascular, estimulando las secreciones e incrementando la tersura y apariencia de la piel.
Técnica:
Se extrae sangre al paciente y se la centrifuga, obteniéndose la separación del plasma y del resto de la sangre. El plasma rico en FC se vuelve a inyectar al paciente por medio de la mesoterapia o de inyecciones subcutáneas de manera que no puede haber rechazo ya que pertenece al mismo paciente.
El uso de PRP nos permite, por tanto, un tratamiento con tejidos del propio paciente (sangre centrifugada) prácticamente exento de riesgos, sin reacciones adversas ni efectos tóxicos y que puede ser realizado de forma ambulatoria.
Inyectado en las zonas más flácidas del rostro y del cuello estimula la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico, lo que se traduce en una piel joven, tersa, luminosa y de mejor calidad.
Resultados:
Algunos de los resultados que se obtienen después de someterse al tratamiento, son aumento del brillo, tono y tersura de la piel que se hacen evidentes a partir del momento en que son inyectados y mejoran el aspecto a medida que pasa el tiempo hasta el tercer mes, tiempo necesario para que el organismo sintetice las nuevas proteínas regeneradoras y su resultado se alargue a casi 1 año.
Este tratamiento se recomienda a partir de los treinta años, edad en la que la piel empieza a perder su poder de regeneración o simplemente cuando los signos de envejecimientos son visibles; o por estrés, abuso de la exposición solar o simplemente por la falta de cuidados diarios (limpieza, hidratación, exfoliación), o cuando la piel está expuesta al humo del cigarrillo.
Como todo procedimiento mínimamente invasivo, debe ser realizado por un profesional idóneo y con los cuidados asépticos correspondientes a la técnica.